jueves, 6 de octubre de 2011

Búsqueda y limpieza de la Cruz de Pantaleón

Con los datos que me dio Fito sobre la ubicación de la Cruz, la pasada semana me propuse en Anguita la búsqueda y limpieza de la misma, acompañado de mi prima Primi Carrera y de mi mujer Conchi.

La busqueda parecía sencilla. Debíamos dejar el coche en el camino que bordea el Pinar, en un lugar de Ribagorda donde había unas colmenas. Luego a unos 30 metros de las colmenas estaba la Cruz. Además, cerca había un pozo de agua cubierto.

La noticia mala es que no había colmenas por ningún lado; la buena es que el pozo de agua delataba que estábamos cerca del objetivo, pero ¿cuánto de cerca?. Lleno de entusiasmo caminé y caminé entre cambrones, que de vez en cuando me "acariciaban" las pantorrillas, alejándome del pozo y de las 2 mujeres.

Estando ya a una cierta distancia de ellas, me hicieron unas señales con las manos que yo no comprendí. Al cabo de quizás media hora regresé cabizbajo de mi exploración frustrada. Mis 2 colegas se morían de risa al contemplarme. Primi había encontrado la Cruz 5 minutos después de mi partida, y eso querían indicar las señales que me hacían.

En fin, ahora comenzaba la 2ª parte de nuestra actividad: la limpieza de toda la maleza, cambrones incluidos, que rodeaban a la Cruz.

Habíamos llevado 2 azadones bastante añejos, uno más grande para mí y otro más pequeño para Primi. Conchi vería como trabajábamos los que teníamos genes de Anguita. Pero con tan buena suerte para Primi, que a los pocos picotazos se le rompió el mango minado por la carcoma.

Así que ahí me tenéis, dando azadonazos como un poseso, limpiando como se merece la Cruz de mi tío abuelo Pantaleón Ibáñez Azañón. Todavía al día de hoy, las agujetas me recuerdan el trabajo realizado aquel día.

Relacionado con este monumento pastoril, he encontrado en el periódico "La Crónica" de Guadalajara, de fecha 23 de agosto de 1900, la noticia titulada "Muerto por un rayo", que os adjunto.

Para una mayor facilidad de lectura, transcribo el texto: "En el término municipal de Anguita y sitio de Ribagorda, en la madrugada del día 15, una chispa eléctrica causó la muerte al pastor Pantaleón Ibáñez y veinticuatro ovejas del rebaño que guardaba y que a la sazón se hallaban pastando por aquel sitio".

El dato nuevo que aporta la noticia del periódico, es que además del pastor murieron en dicho lugar 24 ovejas, todo un desastre para la familia.

Espero que os haya gustado esta pequeña crónica relacionada con Anguita, y os vuelvo a animar para que nos contéis otras.