viernes, 24 de abril de 2009

"Vocabulario de palabras típicas"


Navegando por internet, me he topado con un link que quiero compartir con el máximo de amantes de esta tierra de Celtiberia... ;-)

http://www.infomolina.com/colabora/VOCABUL%2007-03.pdf

Se trata del "Vocabulario de palabras típicas" de D. Mariano Marco Yagüe (vecino de Labros), una colaboración excepcional para la, no menos extraordinaria, web InfoMolina.

Espero que os resulte de interés!


Imagen: "Two Peasants" de Brouwer, Adriaen.

lunes, 13 de abril de 2009

Nuestro cura en Antena3 Noticias!

Según anuncia el Blog de nuestros vecinos de Luzón. Antena3 Noticias ha realizado un reportaje sobre la procesión del Entierro de este pueblo... y sale nuestro Párroco! Don Rafael Pascual Galán!

http://www.antena3noticias.com/PortalA3N//play?id_contpag=108&selec=0&idGaleriaFotos=&mostrar=videos&idGaleriaVideos=5588082&vervideo=true

* Otra referencia a él, en el estudio sobre la virgen de Rata (Santa María del Espino) en:
http://www.aytomembrilla.org/PDF/Programa%20Desposorios%202007.pdf

Un "sueño" llamado Anguita...

Somos pocos, quizá ninguno, los nativos, descendientes, o asimilados que se han podido resistir al “sueño anguiteño”. Cuando uno tiene la ocasión, virtud de la más notable propiedad del fenómeno, nuestro tiempo en el lugar tiende a expandirse intentando encontrar el mayor número de días, horas y momentos que poder compartir con el lugar; cuna madre del relax, la meditación y demás muestras de ocio y librepensamiento. Y es que en este lugar, a priori, todo es pan, miel y dulces.

Nada más llegar, algunos tenemos a nuestros mayores, esperando en la puerta, ansiosos por nuestra llegada y predispuestos a mantenerte comido y en buena cama, sin otra recompensa que nuestro cariño e insuficiente agradecimiento. Para cualquiera esto parece idílico. La sensación de bienestar y sublime fortuna es tal, que uno llega a creerse que el Mundo bien pudiera limitarse a esto. Falacia fatal, manto por el que quedarse cualquiera ciego.

Mi tío muchas veces me ha invitado a pensar en ello. Anguita y su “sueño” son dos conceptos claramente diferenciados. El primero, equivale a aquel trozo de corteza terrestre (de altitud media superior a los 1.000 metros), sito en la Celtiberia, dotado de tres templos, señoriales casas y una torre de la Cigüeña; lugar que fue objeto de pasadas glorias y, hoy en día, a la vez poseedor de un tan inestable como insuficiente presente, con igual futuro. La primera acepción difiere mucho de la segunda, pues el sueño no es sólo un paisaje veraniego (o primaveral, a veces boreal, como en Semana Santa), ni tampoco un bar o un chiringuito, el "sueño" es la sensación de estar participando de una comunidad de gente feliz y devota de una sola cosa: la diversión y el saber saborear esta celestial saga de acontecimientos… Como no podía ser de otra manera, ambas entidades, en no pocas ocasiones, chocan y entran en conflicto. Una cosa es la Anguita de invierno, otra la de verano. El pueblo, al igual que el oso, permanece “oculto” en los meses más fríos, quieto y guardando su escasa actividad vital en el calor de la “guarida”, acaso mejor, estufa de leña, para luego cambiar con el calor: poblándose de gentes y actividad.

Choca que en la región menos densamente poblada de Europa, tras Laponia, pueda existir un lugar donde el precio de la vivienda sea tan elevado y cada año, sin solución de "discontinuidad", se construyan más y más casas. Lo decadente de la estructura local contrasta con el pueblo y su verano. De localidad nuclear, sitio clave en la comarca, Anguita está pasando a ser uno de las nuevas, y quizá la más notable (en parte también lujosa), "urbanización de la nueva Celtiberia".

Decía un prestigioso historiador de la región, sirviéndonos aquí como ejemplo, que Medinaceli es un lugar sorprendente, puesto que más allá de ser un lugar muy bien conservado (o mejor dicho, reconstruido-restaurado), acontece una suerte de "parque temático". Todo, desde el arco romano hasta la colegiata, parece de chocolate. Tan dignamente lustroso que aqueja falta de naturalidad. Su invierno, con no más gente, especialmente entre semana, que los "encargados de mantenimiento" así nos lo confirma. A Anguita le empieza a pasar, algo parecido. Es algo más que "vox populi" que en Anguita no existen casas derruidas, en mal estado, y acaso tampoco malas. Todo parece ser modélico, como si de una urbanización de alto prestigio se tratara. Sin embargo, la pobreza de un "pobre" Ayuntamiento nos hace caer en la verdad, dejando a un lado la ficción de la que tantos, en nuestro tiempo vacacional, disfrutamos.

La despoblación es un mal que aqueja a toda la región, Anguita no es una excepción. Cada año, por causas naturales y "ley de vida", uno de nuestros mayores fenece. Con cada uno de ellos, a la vez que un vecino, se pierde una esperanza, un recuerdo y potencia en la llama que alumbra, en lo personal, mi particular "sueño anguiteño". Cada vez más manifiesto es poder llegar al bar, o ir de paseo, sin haber tenido, o mejor dicho, "haber podido", saludar a alguna persona, y en cada esquina o "corrillo", haber intercambiado cuatro impresiones sobre cualquier cosa. Para transitar por Anguita ya no es indispensable el peaje del saludo.

La gente, como diríamos coloquialmente, "va cada día más a la suya". Las manifestaciones culturales del pueblo, pese a la continua crecida del número de veraneantes, cada día necesitan más medios humanos siendo, no sólo el altruismo, sino también la mera colaboración, especialmente escasa. La falta de "fraternidad" creciente se manifiesta en la falta de cantores para la procesión del Entierro, la falta de ideas por las que poder materializar los medios de la Asociación Cultural y sus subvenciones, la falta de concienciación, así como el vandalismo cada vez menos raro, de quienes, sin pagar impuestos locales de consideración, disfrutan, a la vez que destruyen muchas veces, los medios que sirven para cimentar el "edificio sobre el que descansa el sueño".

En mi opinión, cada vez más, Anguita se adentra en una enfermedad: la falta de adecuación entre la "realidad" y el "sueño". No es coherente, ni sostenible a largo plazo, ser urbanización de lujo y pueblo referente (cada una de estas estructuras requiere de diferentes "órganos" e instituciones que las gobiernen). El problema que aquí se manifiesta acabará siéndolo de toda la región. Quizá sea el momento de buscar soluciones (mayor colaboración, generosidad con los negocios del lugar y compromiso común por la conservación de los elementos del pueblo, por ejemplo) por los que unificar los intereses que, a primera vista son diferentes, pero que en el fondo, nos afectan a todos: vecinos, amantes, nativos, y, en definitiva, todos aquellos que algo tenemos que ver con el campo semántico... "Anguita".

Fotos del autor, tomadas durante esta última Semana Santa del año 2009.

Artículo referenciado en La Garlopa!!: http://www.lagarlopa.com/?p=3247

martes, 7 de abril de 2009

¿Tetis o Thetys...?

Es común afirmar que la "Metamorfosis" de Ovidio fue la "Bíblia secular" durante la Edad Media, afirmación no puede ser más cierta. Enmendando lo obvio, no sin atrevimiento, me atrevería a decir que lo fue "antes" y "después" de los tiempos del Medievo. La "Metamorfosis" es la obra cumbre en la que hallar, compendiado, todo lo referente a la rica mitología greco-romana. No es de extrañar que en un mundo sin las desarrolladas teorías científicas del momento, el recurso "mitológico" fuera habitual, y de ello ha dejado, muy buena muestra, la etimología de un ingente número de palabras de nuestra habla castellana. "El Cantón de Anguita" se enorgullece de poder dar testimonio de lo dicho, con un artículo que a pocos dejará indiferentes, y a todos, convertirá en instruidos. Variopaint, tan gran amigo como excelso pozo de sabiduría nos ilustra, precisamente, sobre el origen griego de la palabra "Tethys". Se recordará que con este término se conoce al antiguo mar del Mesozoico que cubría nuestro término (allá por el Jurásico), siendo el "antepasado" de nuestro actual mar Mediterráneo. Copiosos restos fósiles y demás testimonios geológicos (véase el Campo Taranz) nos dan testimonio de estos tiempos, y Variopaint, con este artículo, nos ayuda a ser conscientes del nombre de tan "desconocido" mar anguiteño...
En la mitología griega, Tetis (en griego antiguo Τηθύς Têthys, ‘niñera’, ‘abuela’ o ‘tía’), hija de Urano y Gea, es una titánide y diosa del mar, al mismo tiempo hermana y esposa de Océano. Fue madre de los principales ríos del mundo conocidos por los griegos, como el Nilo, el Alfeo, el Meandro, y de unas tres mil hijas llamadas las oceánides. Considerada una personificación de las aguas del mundo, también puede ser vista como equivalente a Talasa, la personificación del mar. Aunque estos vestigios indican un papel importante en épocas primitivas, Tetis no desempeña virtualmente papel alguno en los textos griegos conservados, ni en registros históricos de la religión y los cultos griegos. Una de las pocas representaciones de Tetis que ha sido identificada con seguridad gracias a la inscripción que la acompaña es el mosaico del siglo IV de unas termas en Antioquía. En este mosaico, el busto de Tetis (rodeada de peces) surge de las aguas con los hombros desnudos. De su frente brotan alas grises. Sin embargo, no hay registros de cultos activos a Tetis en época histórica.
Tetis ha sido confundida a veces con otra diosa marina del mismo nombre, la nereida Tetis o Thetis, la de los pies de plata, es una ninfa, es decir, una de las cincuenta nereidas, hijas del anciano dios de los mares, Nereo, y de Doris, y nieta de la titánide. La mayoría del material existente sobre Tetis concierne a su papel de madre de Aquiles, aunque en gran medida es una criatura de fantasía más que una diosa.
En la Ilíada, Homero pone en boca de Aquiles su importancia legitimidizadora del reino de Zeus contra una incipiente rebelión de otros tres dioses olímpicos, todos ellos con raíces más antiguas:
“...te gloriabas de haber evitado, tú sola entre los inmortales, una afrentosa desgracia a Zeus, que amontona las sombrías nubes, cuando quisieron atarle, Hera, Poseidón y Palas Atenea. Tú, oh diosa, acudiste y le libraste de las ataduras, y sentada entonces al lado de Zeus, ufano de su gloria; temiéronle los bienaventurados dioses y desistieron de su propósito...”
En otro fragmento de un poeta espartano del siglo VII a. C. Tetis aparece como un demiurgo, participando en la creación del cosmos a través de un camino jalonado, en el que se escalonan la oscuridad, el sol y la luna; esta cosmogonía resulta interesante no sólo porque recoge especulaciones astronómicas y teológicas propias de Oriente Próximo, sino también porque sus principios son los elementos básicos de una competición que refleja las preocupaciones atléticas de la sociedad espartana. Dado que Tetis es la madre de Aquiles, el héroe griego por excelencia, podría ser que Tetis también fuera el timbre de importancia de la adolescencia aristocrática entre los aqueos.
Apolodoro de Damasco escribió que Tetis fue una vez cortejada tanto por Zeus como por Poseidón y como amante del propio Zeus se ve representada por Ingres, aunque después fuera dada en matrimonio al mortal Peleo, rey de los Mirmidones, en virtud de una profecía que auguraba que su hijo destacaría sobre su padre. Así, Tetis figura como madre de Aquiles, fruto de su enlace con Peleo. Los dioses enviaron a Iris, como mensajera de los dioses para encontrar un mortal que quisiese unirse a Tetis. Iris fue a ver al centauro Quirón, uno de los más famosos sabios de la antigüedad, que más tarde sería tutor de Aquiles. Entre los discípulos de Quirón destacaba por su hermosura, inteligencia y valentía el joven Peleo, hijo de Éaco, a quien tenía en gran estima. Peleo cortejó a Tetis pero ésta, sintiéndose humillada por la imposición de los dioses, le rechazó. Ante esto Quirón aconsejó a Peleo que buscase a la ninfa del mar cuando estuviera dormida en la cueva a la que solía ir, y la atase fuertemente para evitar que escapase cambiando de forma. Peleo se mantuvo firme y Tetis consintió en casarse con él, aunque sin amor.
La boda de Tetis y Peleo se celebró en el monte Pelión y a ella asistieron todas las deidades: allí los dioses celebraron el matrimonio con un banquete. Según cuenta Píndaro, Apolo tocó la lira y las Musas cantaron; en la boda Quirón le regaló a Peleo una lanza de madera de fresno y Poseidón dos caballos inmortales llamados Balio y Janto. Sin embargo Eris, la diosa de la discordia, no había sido invitada. En venganza, arrojó una manzana dorada en la que lucía una leyenda que decía «para la más hermosa». Según el mito aqueo, la subsiguiente disputa entre varias diosas por tener tal honor llevó al Juicio de Paris y terminó ocasionando la Guerra de Troya.
Tetis y Peleo tuvieron varios hijos, pero Tetis, apenas nacían, los asfixiaba para que no heredaran rasgos mortales de su padre. En una variante de este mito, Tetis intentó hacer invulnerable a Aquiles sumergiéndole en las aguas prodigiosas de la laguna Estigia, que separa el reino de los vivos del de los muertos. Sin embargo, el talón por que le sujetó no fue protegido por las aguas, y ese resultó ser su punto débil dando además nombre al tendón inferior de la pierna. Curiosamente, en la narración de la Ilíada, Homero no menciona esta debilidad del talón de Aquiles, seguramente por ser un mito de dominio público, ya en esa época. La profecía decía que el hijo de Tetis tendría una vida larga pero aburrida, o gloriosa pero corta. Cuando estalló la guerra de Troya, Tetis estaba preocupada y ocultó a Aquiles en la corte de Licomedes, disfrazado de mujer. Pero de todas formas terminó acudiendo con el resto de los griegos. Viendo que no podría evitar que su hijo cumpliese su destino, Tetis hizo que Hefesto forjase un escudo y una armadura, a cambio de favores sexuales, pero luego rehusó pagarle esos placeres que le había prometido a cambio. Cuando Paris mató a Aquiles, Tetis vino del mar con las Nereidas para llorar su muerte, guardó sus cenizas en una urna de oro, levantó un monumento en su memoria e instituyó unas fiestas conmemorativas.

Semana Santa en Anguita

Llegar a Anguita en Semana Santa

Lo primero que se encuentra el viajero es la ermita de la Soledad, una construcción realizada a expensas de la Cofradía de la Vera-Cruz en el siglo XVII. De planta cuadrada, construida en sillar rojizo de rodezno, y ya sin el tejaroz que de antaño protegía sus puertas, hoy destaca en su fachada el doble ingreso, que es tan típico de las ermitas “de la Soledad” que a lo largo de los siglos se han construido por tierras de la Alcarria y las Serranías. Esta de Anguita es una de las elegantes y grandiosas, todo un ejemplo de edificio popular, religioso y tradicional. Hay que dar muchas vueltas por esta provincia para encontrar otra ermita otra ermita, de las de “doble puerta” tan espectacular. Hace algún tiempo, cuando la daba el sol en la cara, hicimos esta fotografía que acompaña al comentario. Creo que puede servir de ejemplo paradigmático de cuanto digo.

En estos días de Semana Santa, la ermita de la Soledad de Anguita tiene además otra misión: de aquí salen las imágenes de los pasos que recorren las calles del pueblo en sus procesiones. Aquí está depositado todo el año, y de aquí sale, el cuerpo tallado en madera de Cristo Yacente, o Cristo del Sepulcro, espectacular y dignísimo en su talla y policromía: quizás la pieza escultórica más antigua de Anguita.

El resto de los pasos que de aquí salen son el Cristo Crucificado, “el enclavado”, el Cristo atado a la columna, la escena de La Oración en el huerto y Jesús con la Cruz a cuestas. Finalmente, sale la imagen de la virgen de la Soledad, que es llevada a hombros de mujeres. En la tarde del Viernes Santo tiene lugar esta “procesión del Entierro” que invito a contemplar por tratarse de uno de los testimonios más sencillos y ejemplares de la Semana Santa castellana rural.

Además, tiene lugar en Anguita en estos días el “Vía Crucis” que partiendo desde esta ermita de La Soledad discurre con devoción de todos cuantos lo forman hasta el lugar de “El Calvario”, siguiendo un rastro de cruces de hierro sobre plintos de piedra que marcan el camino de la devoción y la penitencia. Un lugar, Anguita, y una fecha, la Semana Santa, que merece ser conocida.

Detalles anguiteños

Al que pasea por Anguita le acuden los amigos, los recuerdos, los olores… y también las imágenes de viejos escudos aparecen tallados sobre las piedras que forman los muros de los edificios. Me he paseado por Anguita, y he visto algunos de ellos. Los comento:

1. El primero es un escudo que está en una de las avenidas de la parte baja del pueblo, la carretera que sube hasta el Campo Taranz y que pasa junto a las cuevas del Cid. Es una casa muy antigua y en la piedra clave de su portada está el escudo de un cura, presenta las llaves “de San Pedro” como simbolo sencillo y por todos reconocidos del curato local.











2. El siguiente es un escudo misterioso, que está en la puerta de la ermita de la Lastra, que hoy hace de iglesia parroquial. Es un escudo de un canónigo, porque tiene en su centro el jarrón de azucenas propio de los canónigos de la Catedral de Sigüenza, y a sus lados, dos tibias (no cruzadas) y dos calaveras. Un poco fúnebre parece, seguramente lo mandó tallar así algún canónigo, diciendo que lo pusieran en la iglesia donde se enterraría, el día de su muerte.

3. En la parte posterior de la ermita de la Lastra, aparece otro escudo, más bonito y mejor tallado que los anteriores. Tampoco sé a quien perteneció, no consta en parte alguna, pero sin duda es de un obispo. Porque tiene su divisa, que es un sombrero de ala ancha, propio de la autoridad eclesiástica de alto rango, del que cuelgan borlas en tres niveles. Eso es lo característico de los obispos, y así lo entendía todo el mundo. El contenido en símbolos del escudo es complejo. Y no pertenece a ninguno de los obispos de Sigüenza, de entre los siglos XVI al XIX en que podría estar tallado. O sea, que otro misterio ¿quizás pertenece a algún hijo de Anguita, que alcanzó a ser obispo de otro lugar?

En todo caso, son tres elementos que nos han llamado la atención en nuestro paseo por Anguita. Los antiguos escudos de un cura, un canónigo y un obispo…